A primera vista puede parecer que el nuevo MOKKA viene a sustituir al exitoso OPEL CROSLAND, y en parte es cierto. Pero si nos fijamos más allá de la chapa no damos cuenta de que el nuevo MOKKA va un paso más allá. De entrada es un poco más costo y más ancho, lo que permite unas líneas y un comportamiento algo más deportivo, pero las diferencias comienzan en el bastidor. El nuevo MOKKA no comparte la plataforma con el CROSSLAND-X (ni siquiera con el MOKKA-X, su antecesor). La razón es muy sencilla. EL CROSSLAND-X heredó su plataforma del MERIVA, y eso acarreaba un hándicap de origen: no era posible electrificarlo. Pues bien, el nuevo OPEL MOKKA tendrá versiones en gasolina, diésel y eléctrico, bajo la denominación MOKKA-e. No es difícil saber el porqué: OPEL ha obtenido una respuesta muy positiva del CORSA-e y quiere aprovechar la experiencia en sus nuevas creaciones. No se trata solo de ofrecer más posibilidades al futuro cliente, sino de que las plataformas permitan que los coche eléctricos y sus versiones en motor de explosión salgan de las mismas líneas de montaje de forma simultanea. Esto que puede parecer irrelevante al conductor, es importante porque ayuda a rebajar costes de producción. Y una cuestión más respecto el MOKKA-e.
Es costumbre que primero salgan al mercado las versiones diésel y gasolina y que después del lanzamiento se vayan incorporando las eléctricas. No es el caso de este coche ya que el MOKKA-e estará (de hecho ya lo está y se puede configurar) al mismo tiempo que sus hermanos de motor de explosión.
Hablemos de motores. Para las unidades de gasolina tenemos un motor clásico e la marca y que no necesita de más halagos que la satisfacción de los años que lleva en el mercado. Hablamos del conocido 1,2 Turbo de tres cilindros que ofrece 100 CV con cambio manual de seis marchas (en el básico) y que puede llegar a los 130 CV en las versiones más caras. En este caso el cambio manual puede ser sustituido por un automático de ocho marchas.
Para la versión diésel contamos con un único propulsor. El conocido 1,5 de 110 CV, solo en versión manual.
El acabado deportivo del modelo es el ya célebre GSLine, con un nuevo frontal que OPEL quiere ir convirtiendo en marca de la casa, y con una instrumentación muy “alemana” en la que ni falta ni sobre nada. El conductor tendrá frente a sí todo lo que necesita saber en una pantalla de 12 pulgadas, a la que se suma otra en la consola central también orientada hacia él. Los elementos no tan necesarios, por ejemplo la climatización, llevan sus controles aparte para no entorpecer la localización de información relevante. EL GSLine, ya visto en los OPEL CORSA, viste al coche con detalles en dos colores, con el toque particular de rojo en partes del interior y en detalle de las llantas.
Por supuesto que todas las demás ayudas a la conducción, innovaciones en seguridad y “gadgets” en general, como cargador inalámbrico de móvil, asientos calefactados, tapizados en alcántara y cuero, entre otros, están a disposición del que sin duda va a ser un feliz propietario del Nuevo OPEL MOKKA.
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